¿Por qué la Fórmula 1 es un acierto del Gobierno valenciano?

Vaya por delante que estoy totalmente de acuerdo con la organización de grandes eventos, sean deportivos, culturales o de cualquier otra índole, en la Comunitat Valenciana, bien en Valencia, como sucede con la Fórmula 1 y la Copa América -hasta que Dubai a base de petrodólares nos la ha birlado-, o en cualquier otro municipio valenciano. Y que el Gobierno 'ché' apueste decididamente por ellos, esto es, que ponga dinero.

No creo mucho en los políticos y, por tanto, tampoco en las cifras que ofrecen en su favor, porque suelen ser sesgadas. Así pues, pondría en cuarentena los 400 millones de euros que, según la Generalitat, han generado de beneficios para la ciudad la Fórmula 1. Desconozco si son 400, 300 o 200, pero es muy probable que se haya ganado más que invertido. De ahí, que si la continuidad del circuito urbano pasaba por que el Consell desembolsara 90 millones de euros como copatrocinador del evento, me parece una decisión valiente y acertada.

El presupuesto que maneja la Generalitat Valenciana es enorme y da para mucho, incluida la Fórmula 1. Primero hay que invertir en educación y sanidad, campos en los que queda mucho por hacer, pero creo que es un error, opinión compartida por la mayoría de los valencianos, decir NO a la Fórmula 1, NO a la Copa América, NO NO NO... Porque Valencia nunca había alcanzado la proyección internacional que ha logrado en los últimos años gracias, en parte, a estas citas deportivas. En Toronto, Roma, México y Rimini, lugares que he visitado en los dos últimos años, he encontrado muchas personas que conocían Valencia por la paella, sí, pero otras muchas por la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Fórmula 1 o la Copa América.

No hace muchos años la ciudad de Valencia no recibía apenas turistas extranjeros. En los últimos, sin embargo, se oye hablar en inglés, francés, alemán e italiano durante Fallas y, sobre todo, en verano. Algo habrá tenido que ver la espectacular promoción en el exterior que ha supuesto la apuesta por la Fórmula 1 y la Copa América.

Cuestión bien distinta es si es necesario que Canal 9 ofrezca también la carrera de Fórmula 1, utilizando las mismas imágenes de La Sexta. ¿Cuánto dinero ha desembolsado la televisión pública valenciana y cuánto ha recaudado? ¿Qué diferencia sustancial hay entre la retransmisión de La Sexta y Canal 9? ¿Qué audiencia ha logrado la emisión autonómica? ¿Por qué el Gobierno valenciano tiene que pagarle a Mediapro, que pujó por los derechos de la Fórmula 1 y pagó cantidades estratosféricas sólo para arrebatársela a Telecinco?

RTVV, 211 millones de euros de pérdidas en 2008. Así cualquiera hace -mala- televisión

Canal 9, la televisión de todos los valencianos, la que pagamos con nuestros impuestos, tuvo 211 millones de euros de pérdidas en 2008 (ver http://www.formulatv.com/1,20090721,12169,1.html). Qué fácil es hacer televisión sin límite presupuestario. 237 millones de las antiguas pesetas, una nadería. ¿Por qué y para qué (o para quién)? Por mala gestión y para hacer un modelo de televisión que apenas cumple con lo que exige su ley de creación: muy poca presencia del valenciano -y no me refiero a un servidor- y escasa producción propia, amén de la calidad de la misma, excepción hecha de los programas de humor 'made in valencià' y series como 'L'Alqueria Blanca', que demuestran el potencial de los profesionales de la tierra.

¿Por qué 211 millones de pérdidas, que se añaden a cientos y cientos de millones de euros de otros ejercicios? Porque se han comprado películas taquilleras junto al resto de televisiones públicas autonómicas, asociadas en la FORTA, con el dinero de todos y fútbol de primera -qué derroche, sinsentido y ridículo emitir el mismo partido que La Sexta la noche de los sábados-; se ha premiado a productoras de fuera de la Comunitat Valenciana para favorecer a tal o cual grupo de comunicación o a tal o cual periodista amigo de o a tal o cual...; se han emitido tertulias políticas sin audiencia, con periodistas-estrella nacionales que cobran un pastón, en detrimento de los autóctonos, sin utilizar el valenciano; se han comprado series extranjeras; y se han hecho despliegues multimillonarios para cubrir eventos, como la visita del Papa a Valencia, como si fuésemos la BBC, TVE o las dos juntas.

Derroche, derroche y más derroche para que muchos no podamos identificarnos con una programación que hace aguas en muchos aspectos. Primero el PSPV y después el PP la han utilizado como medio propagandístico y como oficina de colocación de amigos, simpatizantes y militantes. La inmensa mayoría no tiene la culpa de que muy pronto la crisis haga insostenible la estructura que se ha ido creando en los tiempos de vacas gordas. Es cuestión de tiempo que Canal 9 comience a adaptar su plantilla a la realidad, que no es otra que una cuota de pantalla que apenas supera el 10% de la audiencia. Al final, siempre pagarán los mismos: los trabajadores.

Así cualquiera hace televisión, con el dinero de otros. Es imprescindible dirigir un medio privado, en mi caso, por ejemplo, Tele 7 Calderona, con licencia para tres comarcas valencianas, para saber lo que cuesta hacer televisión. En un año complicadísimo por la crisis y otros factores relacionados con mi empresa hemos conseguido aumentar entre un 20 y un 25% los ingresos publicitarios pese a la congelación de los gastos, un pequeño milagro que contrasta con la dilapidación que del dinero de todos ha hecho Canal 9. Mérito de mi equipo.

Antena 3 ganará el verano con la audiencia más fragmentada

Con permiso de 'las otras', donde se engloban los canales de TDT y las temáticas de pago, Antena 3 Televisión recuperará el trono de las audiencias este verano, por delante de La 1 de TVE y de Telecinco, cadena, esta última, que necesita una auténtica revolución en su programación para volver a enganchar con el público.

Los veranos siempre habían sonreído a la emisora de San Sebastián de los Reyes, excepción hecha de los dos últimos. Sin saber muy bien por qué, Antena 3 consigue mejores resultados los fines de semana, los días festivos y los periodos vacacionales. Y este verano va a ser suyo, gracias principalmente a los incombustibles 'Los Simpson', a la mejora de su tarde y a un prime time con grandes alegrías los viernes, con DEC y la regularidad de los demás días, con espectaculares resultados en la recta final de 'Los hombres de Paco' y 'El Internado'.

La Sexta demuestra que no existe sin los grandes campeonatos deportivos, como el fútbol de la liga española o el fiasco de la Fórmula 1, con unas audiencias muy alejadas de las que hacía Telecinco cuando Alonso era el rey. Y algo similar sucede con Cuatro sin algunos de sus programas estrella, como 'El hormiguero' o con el desgaste de 'Fama', aunque siempre le quedará la gran satisfacción de haber inventado uno de los mejores programas de la historia de la televisión, 'Callejeros' y su equivalente viajero.

Con la progresiva fragmentación de audiencia, que será espectacular cuando se produzca definitivamente el apagón analógico en abril de 2010, Antena 3 finalizará julio, y muy probablemente agosto, con el liderazgo más exiguo. Pero vencerá, que es lo que importa.

Telecinco, a punto de finalizar cuarta, no espera a septiembre para reconquistar la audiencia y se ha puesto manos a la obra, con la vuelta del padre de 'Aquí hay tomate' y una serie de cambios en su cúpula directiva. Aunque no estaría mal un poco de paciencia respecto a las nuevas apuestas, como 'Un golpe de suerte', pues la historia ha demostrado que algunos programas necesitan tiempo para que la audiencia se enganche. Sucedió con 'Al salir de clase'. Y puede pasar con su sucesora... si la cadena tiene paciencia.

Risto Mejide, ¿el último expulsado de OT?

Operación Triunfo ha sido un relativo éxito y fracaso en esta edición; éxito porque ha aguantado la fuerte competencia de los martes y fracaso porque es evidente, en respaldo del respetable, en calidad de sus concursantes y en ausencia de interés general, que ya no es el fenómeno de masas que era. Ni siquiera con la presencia de Risto Mejide y sus supuestos enfrentamientos con la dirección del programa, el resto de miembros del jurado y profesores de la academia, se ha conseguido el objetivo perseguido: relanzar las audiencias de una cadena en horas bajas. En Telecinco confiaban en un producto que no ha funcionado como esperaban. Conclusión: para recuperar el primer puesto hace falta una revolución en su parrilla.

Con el programa a punto de finalizar, Risto Mejide fue expulsado de OT. Ayer no apareció en una de las últimas galas y su presentador, Jesús Vázquez, quien protagonizó con él un rifirrafe en el espacio de la semana pasada, comenzaba éste anunciando que Risto Mejide ya no formaría parte de OT, según una decisión achacada a la dirección de Telecinco, que mañana dará más información al respecto.

Para mí, todo esto forma parte del circo montado para ganar audiencia y retroalimentar todos los programas de la cadena de Fuencarral, en especial el de Ana Rosa y Sálvame, una estrategia que persigue darle un estirón a OT en su recta final, crear más polémica y relanzar el equivalente español a Britain's got a Talent, Tú sí que vales, rescatado para otoño en busca de la Susan Boyle española, como ya anticipé hace unas semanas.

Risto me cae simpático, cumple a rajatabla su papel y borda su personaje y, además, dice verdades como puños. Y da audiencia. Vamos, lo que necesita Telecinco. Así que... seguirá en Telecinco.

HOMOFOBIA

'Aversión obsesiva hacia las persona homosexuales'. Es la definición que da la edición del año 2006 del Diccionario Esencial de la Lengua Española de la Real Academia. Los diccionarios son auténticos libros de historia y, como tales, recogen en cada época el lenguaje popular del momento en forma de nuevas entradas y, de igual modo, eliminan las palabras en desuso. Como muestra, un ejemplo. Conservo en casa un Diccionario de Uso del Español de María Moliner del año 1992 donde la acepción 'homofobia' curiosamente no aparece.

Pero, ¿qué es la homofobia más allá de la definición moderna que dan los diccionarios?
La homofobia es sinónimo de muerte en muchos países del mundo en pleno siglo XXI.
La homofobia es sinónimo de cárcel en múltiples Estados.
Y la homofobia se disfraza de muchas maneras en países avanzados, como España, donde los homosexuales gozan de prácticamente los mismos derechos que los heterosexuales. Algo normal y generalmente aceptado, pero una utopía en decenas de países, donde querer a personas del mismo sexo te lleva a la tumba, a la cárcel o al destierro y desarraigo.

En España, sin embargo, la homofobia no te mata, normalmente, ni te priva de libertad, al menos en el sentido apuntado anteriormente. Pero existe, ya lo creo, y en todos los niveles, en todos los ámbitos de la vida y de forma más o menos sutil. Desde los homófobos más peligrosos, como los skinheads, pandilleros del tres al cuarto y ciclados con la masa cerebral proporcionalmente inversa a la corporal, hasta la homofobia más sutil, aquella que representan normalmente amigos y familiares a los que no le hace ninguna gracia tu orientación sexual -por mil razones, dependiendo del sujeto-, pero tienen que aparentar normalidad forzada y forzosa.

El rechazo es más sibilino y pasa incluso inadvertido para los ojos de muchas personas, pero es detectable: una mirada, un comentario o una falsa sonrisa, o el saludo justo justito, falso falsete, de un vecino carca que después, 'ay mísero de mí', apurar cielos pretende porque le ha salido un hijo 'maricón' o una hija 'bollera'.

Cada uno 'siente aversión hacia los homosexuales' por una causa diferente. En unos casos, dependerá de a educación familiar recibida; en otros, de las convicciones religiosas excluyentes e intolerantes en mucho casos, paradojas de la vida; o, simplemente, de una falta de autoaceptación de la condición sexual, reprimida y, por tanto, podrida en el interior de quien odia al homosexual porque en realidad lo es y no quiere reconocerse y quererse. ¡Ay, madre, la de trabajo que tienen los psiquiatras!

Por todo ello, es fundamental para erradicar la homofobia -y la transfobia- la educación en el respeto y la igualdad desde bien pequeños, en casa y en la escuela porque, de esta manera, muchos de los que son homófobos, desde los peligrosos radicales hasta tus amigos y familiares que te toleran sólo porque eres uno de los suyos, comprenderían que AMAR es un don maravilloso de los humanos independientemente de con quién desees conjugar el verbo.

Los ricos también lloran

Mítica aquella serie mexicana 'Los ricos también lloran'. ¡Cuánta verdad concentrada en un simple título de telenovela de los años 80! Frase que sirve también para describir la situación de los grandes grupos de comunicación en España y en buena parte del mundo. Los poderosos han ido diversificando sus negocios, comprando cabeceras regionales en unos casos, adquiriendo o creando televisiones, periódico gratuitos, radios, digitales... de todo, con el único objetivo de ganarle terreno al adversario.

Pero la crisis económica y los errores estratégicos han provocado un efecto bumerán de dimensiones catastróficas para estos grupos multimedia o, mejor dicho, para los empleados de los mismos, que son, en última instancia, quienes pagan siempre los platos rotos.

Ejemplos, a montones. El Grupo Prisa, editor de El País, se encuentra en una situación límite -se han publicado cifras de despidos espectaculares-, por el lastre de Digital Plus, la inversión destinada en su día en la creación de Cuatro o la de la fallida red de televisiones locales, Localia y un largo etcétera. El Grupo Vocento compró ABC y pese a reflotar algo sus ventas comenzó a hacer una intensa 'limpieza' en la plantilla; adquirió el gratuito Qué!, para poco más tarde cerrarlo, y ha continuado con la compra de cabeceras regionales y sus posteriores reestructuraciones al impulsar radios y televisiones locales, que han absorbido inversione millonarias.

Los medios tradicionales están en crisis y los grandes grupos están pagando su conversión en imperios multimedia. O encuentran en breve una nueva gallina de los huevo de oro -internet está llamada a serlo, aunque aún no se sabe muy bien cómo- o lo van a pasar muy mal, en especial, los trabajadores. Como siempre.

10 libros de televisión para el verano

Los amantes de la televisión estamos de enhorabuena al coincidir en el mercado hasta diez libros sobre televisión, incluido el escrito por nuestro paisano de Buñol, Màxim Huerta -y en Madrid empeñados en poner el acento en la última sílaba...-.
Para más información, ver: http://www.vertele.com/noticias/detail.php?id=23357

Televisiones municipales, del caso digno de estudio de la de Valencia a los consorcios imposibles

Rita Barberá, la mejor alcaldesa que ha tenido Valencia en su historia reciente, ha cometido desde mi punto de vista dos errores muy grandes, uno que forma parte de la esfera personal, y el otro la equivocada elección de los gestores de la Televisión Municipal de Valencia, fruto de un mal asesoramiento que le vendió lo que vulgarmente se conoce como 'una burra', un patinazo que, sin embargo, todavía puede enmendar.

De la TMV se escribirán en las próximas semanas muchos artículos en prensa, que se sumarán a los ya publicados, como la salida por piernas de un director tras las acusaciones generalizadas de los empleados de presunto acoso laboral, personaje tétrico y cutre y ahí me quedo. Estas y mil lindeces más en una televisión que debiera serlo de todos los valencianos de Valencia. Un despropósito detrás de otro que puede acabar perjudicando la imagen de la Margaret Thatcher de la política valenciana. Me consta que en el PP están que trinan con la evolución de los acontecimientos y sorprende, por ello, que no se produzca un golpe de timón. No es propio de Rita Barberá.

La Televisión Municipal de Valencia es una de las pocas televisiones públicas creadas tras la división en demarcaciones realizada por el Ministerio de Industria de cara al apagón analógico. Con la implantación de la Televisión Digital Terrestre (TDT) cada una de esas demarcaciones, que suelen coincidir con grandes ciudades o con una o varias comarcas, en el caso de la Comunitat Valenciana, tendrán más de 30 canales, de los cuales 4 serán locales, 3 de televisiones privadas y el cuarto, público. En el caso de coincidir con una sola ciudad, como sucede en Valencia, será una televisión municipal, mientras que en la mayoría de las demarcaciones la televisión pública nacerá de la constitucion de un consorcio conformado por Ayuntamientos de distintas tendencias políticas y tamaños.

Valencia ya tiene su televisión pública, pero la gestión es privada. Y la pregunta es: ¿de verdad que habiendo tantas televisiones privadas como hay los valencianos necesitan que se dilapide más dinero en una emisora que, no sólo no cumple mal su objetivo de propagandista oficial, sino que además daña la imagen del PP y sirve a la oposición para vincular a Rita Barberá, Alfonso Grau y demás con los inefables gestores de la TMV.

Mientras esto sucede en el 'cap i casal', ¿y el resto de demarcaciones? Nada de nada. El Ministerio se cubrió de gloria al promover la creación de consorcios públicos. ¿Para qué? ¿Para derrochar en tiempos de crisis? ¿Con qué finalidad? ¿Para publicitar la gestión de qué Ayuntamiento, de qué alcalde, de qué partidos? Auguro un fracaso absoluto. ¿Cómo se van a poner de acuerdo en la demarcación del Camp de Túria, l'Horta Nord y Camp de Morvedre Consistorios como los de Sagunto, Llíria, Burjassot o Puçol? Cada uno de un tamaño. Cada uno gobernado por un partido diferente. ¿Quién liderará el proyecto? ¿Dónde se ubicará la sede? Puçol, muy listos ellos, como tienen una televisión municipal con una plantilla que cuesta un pastón al año -una vergüenza en tiempos de crisis, y en cualquier tiempo-, presionan para que la sede esté allí y absorba a los trabajadores de la tele local.

Mi predicción es que no habrán consorcios públicos. No tienen ningún sentido, no aportan nada y suponen un gasto enorme innecesario. Aunque muchos politiquillos de medio pelo se empeñarán en que no acierte con mis augurios.