GH11, una nueva vuelta de tuerca

Gran Hermano estrena la undécima edición y lo hace dando una vuelta de tuerca al concurso que comenzó siendo un experimento sociológico y ha terminado por convertirse en un 'reality' muy rentable para Telecinco. En audiencia y en facturación.

Rizando el rizo, de nuevo hay dos casas, pero una de ellas con concursantes-espías; más y más frikis -un ama de casa, con su hija en la casa de al lado, una catalana con doble personalidad que entra con su muñeca Rosita... y así casi todos; y un sótano que hemos podido ver en las pausas publicitarias y que, independientemente del uso que vayan a darle, me parece deleznable, pues recuerda a los zulos de ETA.

El programa se mantiene en España, el único país que ha alcanzado 11 ediciones según la publicidad oficial de la cadena, porque somos muy cotillas, porque el equipo de GH ha sabido introducir novedades año tras año y, sobre todo, por su conductora, Mercedes Milá, auténtica 'alma mater' del espacio, hasta tal punto que sin ella ya no podría continuar (¿cuánto le debe costar a Telecinco mantener en nómina a la imprescindible de la Milá?).

De experimento sociológico a programa puramente de entretenimiento. Y punto. Gran Hermano no ofrece nada más. O sí. Porque más allá de algunos valores muy negativos que transmiten algunos de los conejillos de indias, el programa también se esfuerza por trasladar mensajes positivos, como el amor por los animales, el cuidado del medio ambiente, la lucha contra el tabaco y la integración de minorías, como, en esta edición, un matrimonio formado por dos lesbianas, una ilicitana y otra mexicana, o el caso de Toscano, en silla de ruedas. Tampoco faltan guiños folklóricos. Los tuvimos en la anterior edición, con los trajes regionales que lucía gala tras gala la Milá. Y en esta ocasión, los guionistas se han sacado de la manga un pequeño homenaje a la dieta mediterránea a través de frutas y verduras que de alguna manera aparecerán en el atuendo semanal de la presentadora estrella.

Entre la jungla de raros, Arturo, con tres hijos con sendas madres, cachas, mujeriego y ex GOE; Pilarita, el ama de casa, Barbie y dicharachera y Rebeca, la catalana con dos personalidades, Rebequita y Rebecota, que entró con su muñeca Rosita.

El concurso cambia, como en cada edición, la decoración de la casa, ahora 'sostenible' según anunció la Milá en el inicio, y los participantes, pero, pese a la introducción de sorpresas, en el fondo es lo mismo de siempre. Habrá que esperar unas semanas para comprobar si la audiencia sigue respaldando a GH, que volverá a depender, en buena medida, del casting de concursantes.

Y yo, por lo que pueda pasar, no me lo pienso perder.

De momento, la audiencia volvió a sonreír al 'reality' con un 25% de cuota de pantalla, 7 y 10 puntos más que sus competidores, La película de la semana de La 1, y 'Doctor Mateo, en Antena 3. Para más información ver Vertele.com, Formulatv.com o Tutele.net (http://www.tutele.net/index.php?modulo=detalle_noticias&idnoticia=2642). Aunque fue el estreno de un GH menos seguido, el nivel de fragmentación de las audiencias es tal, que el de ayer augura una nueva edición de éxito.