TELEVISIÓN --- James Bond, (jubilado con) licencia para matar

''Por ti no pasa el tiempo''. Es una frase que empleamos a menudo cuando nos reencontramos con alguien a quien hacía mucho que no veíamos y que se conserva bien o muy bien. Sucede con las personas, pero también con multitud de ámbitos de la vida, como la moda, las costumbres o la televisión.

Bueno, en la caja tonta, en realidad, ocurre pocas veces. Viendo películas magistrales como la mayoría de las protagonizadas por 007, llama la atención cómo ha evolucionado con el tiempo el modelo de héroe 'sex symbol'. Ahora triunfan los jóvenes treintañeros, guapos y corpulentos, y, por lo visto, hace 30 y 40 años, triunfaban los maduritos prejubilados, como el Roger Moore de películas como 'Licencia para Matar', que está emitiendo La Sexta. Encontramos a un James Bond con arrugas, pelo repeinado a la peluquín, desfondado y machista. Y lo mismo sirve para las últimas interpretaciones del papel del agente británico de la CIA protagonizado por un Sean Connery más de baile británico en Benidorm que de salvador del mundo de agentes de la KGB de la URSS, chinos, coreanos y demás 'malajes'.