Televisiones municipales, del caso digno de estudio de la de Valencia a los consorcios imposibles

Rita Barberá, la mejor alcaldesa que ha tenido Valencia en su historia reciente, ha cometido desde mi punto de vista dos errores muy grandes, uno que forma parte de la esfera personal, y el otro la equivocada elección de los gestores de la Televisión Municipal de Valencia, fruto de un mal asesoramiento que le vendió lo que vulgarmente se conoce como 'una burra', un patinazo que, sin embargo, todavía puede enmendar.

De la TMV se escribirán en las próximas semanas muchos artículos en prensa, que se sumarán a los ya publicados, como la salida por piernas de un director tras las acusaciones generalizadas de los empleados de presunto acoso laboral, personaje tétrico y cutre y ahí me quedo. Estas y mil lindeces más en una televisión que debiera serlo de todos los valencianos de Valencia. Un despropósito detrás de otro que puede acabar perjudicando la imagen de la Margaret Thatcher de la política valenciana. Me consta que en el PP están que trinan con la evolución de los acontecimientos y sorprende, por ello, que no se produzca un golpe de timón. No es propio de Rita Barberá.

La Televisión Municipal de Valencia es una de las pocas televisiones públicas creadas tras la división en demarcaciones realizada por el Ministerio de Industria de cara al apagón analógico. Con la implantación de la Televisión Digital Terrestre (TDT) cada una de esas demarcaciones, que suelen coincidir con grandes ciudades o con una o varias comarcas, en el caso de la Comunitat Valenciana, tendrán más de 30 canales, de los cuales 4 serán locales, 3 de televisiones privadas y el cuarto, público. En el caso de coincidir con una sola ciudad, como sucede en Valencia, será una televisión municipal, mientras que en la mayoría de las demarcaciones la televisión pública nacerá de la constitucion de un consorcio conformado por Ayuntamientos de distintas tendencias políticas y tamaños.

Valencia ya tiene su televisión pública, pero la gestión es privada. Y la pregunta es: ¿de verdad que habiendo tantas televisiones privadas como hay los valencianos necesitan que se dilapide más dinero en una emisora que, no sólo no cumple mal su objetivo de propagandista oficial, sino que además daña la imagen del PP y sirve a la oposición para vincular a Rita Barberá, Alfonso Grau y demás con los inefables gestores de la TMV.

Mientras esto sucede en el 'cap i casal', ¿y el resto de demarcaciones? Nada de nada. El Ministerio se cubrió de gloria al promover la creación de consorcios públicos. ¿Para qué? ¿Para derrochar en tiempos de crisis? ¿Con qué finalidad? ¿Para publicitar la gestión de qué Ayuntamiento, de qué alcalde, de qué partidos? Auguro un fracaso absoluto. ¿Cómo se van a poner de acuerdo en la demarcación del Camp de Túria, l'Horta Nord y Camp de Morvedre Consistorios como los de Sagunto, Llíria, Burjassot o Puçol? Cada uno de un tamaño. Cada uno gobernado por un partido diferente. ¿Quién liderará el proyecto? ¿Dónde se ubicará la sede? Puçol, muy listos ellos, como tienen una televisión municipal con una plantilla que cuesta un pastón al año -una vergüenza en tiempos de crisis, y en cualquier tiempo-, presionan para que la sede esté allí y absorba a los trabajadores de la tele local.

Mi predicción es que no habrán consorcios públicos. No tienen ningún sentido, no aportan nada y suponen un gasto enorme innecesario. Aunque muchos politiquillos de medio pelo se empeñarán en que no acierte con mis augurios.