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- PROGRAMA ESPECIAL SOBRE HAITÍ CON IMÁGENES DE LA ZONA DEVASTADA...... COLUMNA DE LA IZQUIERDA

- PANORAMA DE LA SITUACIÓN DE LA TDT LOCAL EN LA COMUNITAT VALENCIANA: http://perevalenciano.blogspot.com/2010/01/el-fracaso-de-la-tdt-local-en-espana-el.html


miércoles, 22 de diciembre de 2010

TELEVISIÓN --- La noche de los sueños, o sea, Sorpresa sorpresa


Telecinco ha estrenado hoy 'La noche de los sueños', un calco del mítico 'Sorpresa sorpresa' que emitió durante varias temporadas Antena 3 y que triunfó de la mano de Isabel Gemio.

La cadena de Paolo Vasile ha comprado los derechos para España de un formato que murió por desgaste, cuando dejó de hacer honor a su propio nombre y todo era más que previsible. Aunque Telecinco es experta en resucitar muertos televisivos, lo cierto es que después de dos horas de programa uno se da cuenta de lo que va a suceder en cada momento. Por ello, ha hecho bien en cambiarle el nombre. Y por partida doble; por un lado, evita que el factor 'sorpresa' desaparezca pronto, como ya ha sucedido en las dos primeras horas del primer programa y, por otro, me está dando un sueño de verlo...

De momento, 'La noche de los sueños' viene en forma de especiales para este miércoles y el próximo, para cubrir un hueco que tenía Telecinco, y tendrá continuidad sólo si la audiencia respalda estos dos programas. En el mejor de los casos, para sus intereses, podríamos encontrarnos en enero con 'La noche de los sueños', 'Gran Hermano' y 'Operación Triunfo'. Empacho de espectáculo. Y con 'Sálvame', 'Sálvame Deluxe', 'La Noria' y 'Enemigos Íntimos'. Hartazgo de vísceras, en especial el espacio de Santi Acosta, que premia el 'show' de la gresca más barriobajera.

¿Y las series inteligentes como '7 Vidas' o las primeras temporadas de 'Aída?

Esta y otras críticas de televisión las puedes leer en la sección de Cultura de www.elperiodicodeaqui.com

martes, 7 de diciembre de 2010

TELEVISIÓN --- Don Emilio carga contra todos desde Telecinco


No pude ver el ¿documental? ¿docushow? 'Don Emilio Rodríguez Menéndez', que Telecinco emitió el pasado miércoles y que siguieron más de dos millones de personas. Pero, como si pasas más de dos horas viendo esta cadena, es imposible no conocer todas las polémicas suscitadas en algunos de sus programas, es como si lo hubiera visto.

Don Emilio vuelve con fuerza por Navidad para ajustar cuentas contra sus enemigos que, por lo visto, son legión. Pero, ¿quién es este personaje para que una cadena tan importante como Telecinco haya firmado con él una cláusula de exclusividad para aparecer durante no sé cuánto tiempo en sus distintos espacios del corazón, de las vísceras y de la política de bajos fondos, esto es, 'Sálvame', 'Sálvame Deluxe', 'Enemigos Íntimos' y 'La Noria'?

Don Emilio no sólo ha vuelto para hundir a su ex Mila Ximénez, retirada un tiempo de la televisión ante la náusea y el miedo que le producen el sujeto; a los periodistas del corazón Karmele Marchante, Lydia Lozano, Ramón Bermejo y Belén Esteban; a su ex novia Malena Gracia, a quien le hizo una cámara oculta ejerciendo de prostituta para publicarlo en una revista, 'Dígame', que no debería haber existido aun sacrificando la pomposa libertad de expresión que todo lo permite; o a la ex novia de su hijo, que el viernes sufrió un ataque de ansiedad por el terror que le produce este personaje. No. Don Emilio se burla de todo y de todos, inmunemente. Y ha vuelto para ajustar cuentas con altos cargos del PSOE, a quienes acusa de estar detrás del montaje del vídeo sexual que intentó hundir al director de El Mundo, Pedro J. Ramírez. Se refiere, sin nombrarlo, a Alfredo Pérez Rubalcaba.

Pedro J., con razón, ha cargado duramente contra Telecinco por dar cobertura a un personaje siniestro, fugado de la justicia española, quien se está permitiendo el lujo de poder atacar a quien le da la gana, incluso a los conductores de los programas de Telecinco y sus colaboradores, que también dan pena y producen vergüenza ajena por participar de este circo, en el que el peligroso payaso de Don Emilio ha marcado previamente las normas. No es admisible que un señor que ha sido condenado por aquel vídeo infame, que entraba en la intimidad de un periodista sólo para aniquilarlo profesionalmente, vuelva de nuevo por aquellos fueros. Si detrás de aquello había más personas, ¿por qué no lo denunció en su momento? ¿Por qué remover algo, muchos años después, que pretende dañar la imagen de Pedro J.?

En 'La Noria' de este sábado pasado, Don Emilio estuvo a punto de levantarse y marcharse del plató improvisado en su guarida de Argentina porque no le gustaban las preguntas de Jordi González, o se permitió el lujo de insultar a Pepe Calabuig, sin duda de los mejores periodistas del corazón de España, una persona educada, formada y que no entra en los lodazales en los que se zambullen con frecuencia el resto de periodistas. Un nuevo gesto de prepotencia del prófugo, quien se ha permitido el lujo de pactar los temas a tratar con la productora 'La Fábrica de la Tele', dejando a los presentadores y colaboradores de los programas como impotentes gilipollas ante un personaje que se lo debe pasar en grande ejecutando su venganza y llenándose los bolsillos para cuando vuelva a España.

Puede que a la televisión de Paolo Vasile Don Emilio le reporte a corto plazos buenos datos de audiencia, pero esta estrategia de cruzar todos los límites es pan para hoy y hambre para mañana, puesto que una televisión seria, aunque su apuesta sea el 'show' y el entretenimiento, no puede dar tal cobertura a un personaje de esta calaña. Simple y llanamente corre un serio riesgo de que la audiencia acabe dándole la espalda. Y de que algunas de sus estrellas acaben yéndose a la competencia.

Todavía no lo habíamos visto todo en televisión

Si alguien pensaba que lo habíamos visto todo en televisión, estaba muy equivocado. Con la irrupción en Telecinco del ¿abogado? Emilio Rodríguez Menéndez, vía conexión en directo desde Argentina, donde se fugó de la justicia española, se han superado todos los límites de lo que debería poder verse en la pequeña pantalla.

Un prófugo, una persona que publicaba una revista para hundir a personajes y famosetes de medio pelo, una víbora deslenguada, un sinvergüenza con plaza fija en el infierno... Ése es don Emilio Rodríguez Menéndez, el último presunto delincuente -antes lo fue, por ejemplo, Julián Muñoz- que entra en nómina de la cadena de Fuencarral a través de la productora de La Fábrica de la Tele, que emite a diario el exitoso 'Sálvame' y los viernes noche 'Sálvame Deluxe'.

Primero, el programa comenzó a emitir una entrevista realizada en Argentina a este ser siniestro, deplorable, que ha servido para alimentar las 4 horas diarios del programa estrella de la cadena de Silvio Berlusconi durante las dos últimas semanas. Pero el pastón que se ha debido embolsar el presunto delincuente habrá sido de escándalo. No sólo se ha ido destripando sus declaraciones insultantes, en un asqueroso particular ajuste de cuentas con sus múltiples enemigos, sino que se le dio el protagonismo absoluto en el programa de anoche. Emilio Rodríguez Menéndez, don Emilio, renace de sus cenizas en su destierro en Argentina gracias a Telecinco, que retroalimenta sus programas con polémicas que exceden todos los límites, aunque sea a costa de sus propios colaboradores. Y lo hace permitiéndose el lujo de vetar a 4 de ellos. ¿Para qué? Para que la productora pueda ir pactando varios 'cara a cara' entre el prófugo y los 4 vetados y hacer, de esta manera, todos los implicados, más caja. Y más audiencia.

Y en ese mar revuelto de acusaciones e insultos, ganancia de pescadores en el mar de Argentina, país donde me apuesto algo que se trasladarán todos los colaboradores de 'Sálvame' un día de éstos para enfrentarse a Don Emilio en el que será otro programa memorable y que batirá récords de audiencia.

España está tan mal y la sociedad está tan hundida, que no me extraña que anoche éste fuera el programa más visto de la televisión española. Donde se ponga un espectáculo bochornoso, que se quiten los controladores aéreos. ¿Hasta dónde llegará la televisión por ganar audiencia? Deplorable.

TELEVISIÓN --- La Berlusconización y la americanización de la televisión española


Me apasiona el mundo de la televisión. Y me apasiona desde mucho antes de dirigir una. Y ahora que ya no lo hago, me apasiona mucho más. La televisión española, la que juega en primera división, sufre un proceso de metamorfosis que comenzó con la aparición de las primeras cadenas privadas, Canal +, Antena 3 y Telecinco, y que se ha acelerado con la llegada de la Televisión Digital Terrestre y la multiplicación de canales como hongos.

Me apasiona el mundo de la televisión. Y me apasiona desde mucho antes de dirigir una. Y ahora que ya no lo hago, me apasiona mucho más. La televisión española, la que juega en primera división, sufre un proceso de metamorfosis que comenzó con la aparición de las primeras cadenas privadas, Canal +, Antena 3 y Telecinco, y que se ha acelerado con la llegada de la Televisión Digital Terrestre y la multiplicación de canales como hongos.
Más licencias, más televisiones, a nivel nacional, autonómico y local. Y menos pluralidad, menos calidad, menos cultura. La televisión española sufre un proceso de 'berlusconización' y 'americanización' espectaculares que nos da una idea de hacia qué modelo de televisión nos dirigimos en este país. Nunca llegaremos a hacer la misma televisión que en Italia, ni en Lationamérica ni en Estados Unidos, porque 'Spain is different' y tiene su propia personalidad. No somos un país que destaque por producir telenovelas al estilo americano, ni falta que nos hace, porque ahí está La 1 de TVE, la tele de todos, para emitir aquellos bodrios repletos de estereotipos, uno tras otro, en sus sobremesas. ¿Cultura, documentales, producción propia? No. Para eso ya está La 2.
Nuestra televisión se 'americaniza'. A nivel nacional aparecen nuevas televisiones, pero con el mismo perfil ideológico. En las comunidades autonónomas no han cuajado los canales privados de ámbito regional. Al menos hasta el momento, porque está por ver qué sucede con las televisiones autonómicas públicas, pagadas con el bolsillo del contribuyente que se endeudan hasta cifras escandalosas para ofrecernos: 1. fútbol -ya está La Sexta-. 2. películas y series americanas -ya están las grandes cadenas-. 3. informativos y debates manipulados costosísimos. Visto lo cual, ¿se deberían privatizar? No. Deberían cumplir la ley que las creó y ser bien gestionadas. Y, por último, el desarrollo de la TDT a nivel local y comarcal. Una auténtica chapuza y una verdadera vergüenza en la concesión de licencias a grupos afines -todos los gobiernos autonómicos, según el color del partido- que han incumplido la ley nada más nacer y lo han seguido haciendo una y otra vez sin que suceda nada.
La fragmentación no ha supuesto mayor calidad. Todo lo contrario. A menos audiencia, que está más repartida, menos presupuesto para producir buenos programas. Resultado: se apuesta por espacios donde el corazón y la víscera garantizan una buena cuota de pantalla y, como la competencia es cada vez más dura en este terreno, cada vuelta de tuerca trae más y mejores escándalos que sorprendan al respetable y, así, intentan mantener los índices de audiencia por encima de la competencia. Americanización pura y dura. Espectáculo, muchas veces chabacano, vergonzoso, sonrojante y denigrante.
Y la berlusconización viene de su cadena amiga en España, Telecinco, líder entre las comerciales y que ha demostrado una gran habilidad empresarial en los últimos años para liderar la audiencia la mayor parte y noquear a su principal competidora, Antena 3, la cual, lejos de buscar un modelo alternativo, ha fracasado en su empeño por parecerse a su rival.
Telecinco comenzó con las 'Mamachicho', importando del país de la bota la costumbre de las 'velinas', mujeres atractivas que sólo enseñan sonrisas Profident, nalgas, pechos y algún que otro pezón. Mujeres floreros. Después le dio un giro a la cadena y sacó de su parrilla esos programas, agotados por exceso de machismo incluso en un país machista. Compró buenas series internacionales -como Expediente X- y apostó por las series nacionales de producción propia, como las que triunfaban en Antena3.
Pero en los últimos meses ha ido copando su parrilla de programas cortados por el mismo patrón: broncas, broncas y más broncas. 'Sálvame', 'Sálvame Deluxe', 'La Noria', 'Vuélveme Loca', 'Gran Hermano' y 'Enemigos Íntimos'. Este último hasta el título rezuma odio. Y sus 'colaboradores', la mayoría de lo peorcito del panorama ¿periodístico? nacional.
Los gestores de Berlusconi en España, Paolo Vasile y Giuseppe Tringali, hace tiempo que dieron con la horma del zapato de la televisión berlusconiana en España. Este ya no es el país del destape ni del chiste subido de tono, como Italia, que no ha evolucionado; aquí podemos estar orgullosos: ya no somos el país de las 'Mamachicho'. Ahora, España televisivamente hablando es el país de las tertulias políticas y los programas de corazón de broncas continuas, tanto monta monta tanto. Para mí, la misma telebasura. Es el país del cotilleo. Del ataque frontal y gratuito con o sin presuntamente, que para el caso es lo mismo, porque con un 'presuntamente' te han condenado años antes de celebrarse un juicio.
Y, por si no fuera poco, la berlusconización ha llegado en todo su esplendor con la compra de Cuatro y Digital + por Telecinco, convirtiéndose en el grupo audiovisual más poderoso de España, a la espera de que Antena 3 y La Sexta estén al borde de la ruina para que también se fusionen. Silvio Berlusconi, el primer ministro italiano, el dueño del imperio Mediaset, el de las velinas y el de 'le gaffe' o lengua deslenguada, se ha hecho con la televisión en España. Ahora ya tiene su tele líder, Telecinco, con un modelo de televisión empresarialmente 'chapeau' pero de contenidos muy mejorables -falta un 'Siete vidas', una 'Aída' con Aída-, y una segunda cadena, Cuatro, con un perfil más joven y elitista, un 'target' diferente, y otra de pago, Digital +, que es un complemento perfecto para luchar contra toda la competencia.
Más canales. Menos pluralidad.