PERSONAL --- De Valencia a Firenze

Era un viaje soñado. Una pequeña escapada en coche, con la libertad que supone -y también el gasto en gasolina y peajes-, por Francia e Italia.

Salimos el lunes Máximo y yo de Valencia y llegábamos por la tarde a Nice -Côte d'Azur-, a un céntrico hotel. La noche comenzó mal porque sufrí un pequeño accidente al dañarme el dedo meñique del pie izquierdo. Dimos una vuelta por el concurrido barrio histórico de la ciudad -preciosa la place Massena- y a la mañana siguiente nos fuimos al servicio de Urgencias del Hôpital St Roche. Después de una hora y pagar casi 60 euros por unas radiografías y ponerme el médico unos vendajes, comenzamos a disfrutar de la ciudad, de su interminable costa -de piedras-, su puerto, su casco antiguo y el Mont Boron. Además de subir en un tren turístico, dimos un paseo por un mercado de antigüedades.

La tarde y noche las dedicamos a ver Cannes y Antibes, antes de regresar al hotel.
Al día siguiente, ayer miércoles, emprendimos rumbo a Italia por la costa, hasta llegar a Mónaco y Monte Carlo. Después de dar una vuelta, entrar en el Casino y hacer algunas compras, cogimos la autopista de peaje dirección Firenze, donde llegamos por la noche. Una pequeña odisea hasta conseguir aparcar el coche -incluyendo la circulación en sentido contrario en dos ocasiones por la misma calle- acabó por agotarnos, de manera que caímos rendidos en una enorme cama de una habitación ambientada en el siglo XIX, en pleno centro de la maravillosa capital de la Toscana.

Esta mañana nos hemos levantado temprano y después de coger fuerzas con un opíparo desayuno, amenizado por ópera y con unas vistas fabulosas de la Piazza Strozzi, hemos hecho un recorrido por la ciudad, comenzando por la Piazza de la Reppublica, Via dei Calzaiuoli, hacia la Piazza della Signoria, donde hemos entrado al Palazzo Vecchio y, atravesando la Galleria degli Uffizi, hemos salido al río Arno. Después de las fotos de rigor con el Ponte Vecchio de fondo, lo hemos atravesado para alcanzar el Palazzo Pitti, un imponente palacio del primer Renacimiento italiano.
Después de pensar si entrábamos o no -'¿12 euros?, ni locos'-, hemos decidido dar un económico paseo por Sdrucciolo de Pitti hasta la Chiesa di Santo Spirito, que hemos abandonado sin entregar el preceptivo donativo. De la Via di Sant'Agostino hemos callejeado hasta la Piazza del Carmine, en cuyo trayecto hemos encontrado el 'auténtico Limoncello della Toscana' y también el más barato.

Tras cruzar el Ponte alla Carraia, hemos tomado la Via della Vigna Nuova, que desemboca en la Via dei Strozzi, donde se encuentra el Hotel Pendini, el cual recomendamos por su buena relación calidad/precio.

Seguiremos informando...