ECONOMÍA --- Los valencianos, sin caja propia

Dentro de unos años nos lamentaremos, aunque sea en nuestro fuero interno, que para eso somos 'meninfots', por no haber conseguido que nuestras cajas de ahorros hayan liderado alguno de los procesos de fusiones que han concluido para evitar el hundimiento de algunas de ellas.

Mientras Cataluña, Madrid y Andalucía -a excepción de Cajasur- han capitaneado los Sistemas Institucionales de Protección (SIP) o fusiones frías en torno a sus cajas principales, en esta nuestra Comunidad, hemos asistido, sin que prácticamente nadie haya levantado la voz, al desmantelamiento de nuestros centros de decisión financieros, la Cam y Bancaja, en Alicante y Valencia, una vez han sido absorbidas por Cajastur y Caja Madrid, respectivamente.

Los políticos, los de uno y otro signo, han sucumbido a las órdenes recibidas de arriba y prácticamente no han pestañeado durante el proceso de absorción. Tampoco los empresarios, cuyas organizaciones siguen las directrices de los poderes políticos. Porque el resultado se podrá maquillar como se quiera, pero la realidad es que la Comunitat Valenciana pierde el control de sus dos cajas de ahorro. Sí, la propaganda oficial habla de que ahora forman parte de la primera y la tercera entidad del país. Correcto. Y se escudan en que la unión Cam-Bancaja habría tenido mayor coste social. Esto, mucho más cuestionable. En cualquier caso, ahora veremos cuánto sufren nuestros empresarios y los ciudadanos en general cuando vayan a solicitar un crédito. Y ya no digo los políticos autóctonos, que a partir de ahora tendrán que convencer a sus homólogos de otras comunidades cuando se resista un proyecto o un crédito en esta nuestra Comunidad.

La historia se repite para los valencianos. Conscientes del desastre, ahora nuestros representantes lucharán, como ha sucedido en las últimas décadas, por la pedrea. Por ello, ya se han oído voces que claman por que nuestra Caja Rural lidere el SIP y el centro de decisión esté en nuestra tierra. Perdidos los premios gordos, van a por el de consolación.

En esta nuestra Comunidad resulta mucho más fácil mirar hacia otro lado, permitiendo que la Cam y Bancaja sean absorbidas por otras entidades, antes que luchar por la fusión entre ellas. Una asignatura pendiente que se ha suspendido para siempre. Ahora, Asturias manda en Alicante y Madrid en Valencia y la triste realidad se impone: Alicante y Valencia están a poco más de 200 kilómetros geográficamente hablando pero a miles política y socialmente, hasta el punto de preferir un centro de poder de decisión fuera de esta nuestra Comunidad.

Artículo muy interesante publicado en El País por Francisco Xavier Martínez Cobas, profesor titular, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Vigo:
http://www.elpais.com/articulo/empresas/sectores/SIP/solucion/cajas/elpepueconeg/20100314elpnegemp_8/Tes