PERIODISMO VALENCIANO --- Adiós, Tele 7 (I PARTE)

Érase una vez una televisión que nació con el objetivo de competir con Canal 9, una televisión promovida por el poder establecido en la Comunitat Valenciana de la mano de un grupo de empresarios, la mayoría relacionados con el ladrillo y sin idea del negocio audiovisual. Un proyecto muy atractivo, pues con la obtención de 13 licencias en las 14 demarcaciones donde hubo concurso de la televisión digital terrestre, convertía a Tele 7 en la única televisión de ámbito autonómico con posibilidad de hacer desconexiones comarcales, lo que la diferenciaba de Canal 9 y LP Televisión y Popular TV.

Un proyecto impecable sobre el papel, pero desarrollado sin criterio empresarial alguno. La presentación en Feria Valencia de Tele 7 se hizo con todos los honores, con presencia de todos los estamentos sociales y un derroche insultante y fanfarrón que ya hacía presagiar el naufragio de este Titanic televisivo. Todo muy fallero: 'mascletà', castillo de fuegos, poderío, corto y cierro. Porque, si en los primeros tiempos se disparaba con pólvora de oro, desde las sillas del despacho del último mono, hasta las tarjetas de visita -más caras en su conjunto que un apartamento en Benidorm en los años del boom turístico e inmobiliario-, sin olvidar que había más coroneles que soldados raso, en poco tiempo se pasó de la construcción de centros de producción más propios de televisiones públicas -que para eso usan y malgastan dinero de todos los contribuyentes- que de teles privadas, a la continua reducción de plantillas, hasta el punto de dejar centros de producción mastodónticos con 3 y 4 personas trabajando, que sería como dejar las obras del AVE Madrid-Valencia en manos de un puñado de operarios.

El proyecto nació muerto por la miopía de la mayoría de sus socios y promotores. Y en ésas llegué yo a Tele 7 Calderona. Esto fue el 6 de agosto de 2007. De la dirección comarcal de LAS PROVINCIAS del Camp de Morvedre me embarqué en una aventura que, pese a salir por la puerta de atrás, no ha podido ser más apasionante y gratificante. No, no me arrepiento de haber dado el salto de un medio escrito a una televisión, donde he realizado el mejor máster donde los haya. Y de eso quiero hablaros, brevemente, sin rencores, para cerrar definitivamente una etapa más en mi carrera profesional, a la espera de publicar un libro sobre este proyecto de televisión fallido.

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